Si
ves algún compañero que está batallando para hacer amigos,
o
que está siendo molestado por no tenerlos,
o
por ser tímido, o por no ser igual,
¡hazte
presente, salúdalo, o al menos sonríele en los pasillos!
Nunca
sabes lo que esa persona puede estar enfrentando fuera de la escuela.
Tu amabilidad puede hacer un gran diferencia en la
vida de alguien.